Más allá de los cielos, en la eternidad misma, donde sólo las almas pueden existir, había un grupo de ángeles, pequeños servidores del creador que viajaban a la tierra para cumplir con mandatos especiales, entre ellos estaba Angy un ser muy querido por todos.
Tenía un gran carisma, un lugar de reconocimiento y el favor, así como la preferencia del ser supremo, quien gustaba de verlo constantemente en su entorno.
Angy tenía una inquietud especial
Una energía formidable que sobrepasaba a sus bondades, así como un entusiasmo por servir, por lo que hacía un tanto diferente a sus demás compañeros del paraíso.
En una ocasión fue merecedor de una encomienda especial, por primera vez tendría que viajar a la tierra, su enmienda era observar las razones de las constantes peleas que surgen entre pequeños y las posibles soluciones al dilema, sólo sería un espectador.
Hubo que prepararse para tal tarea, se le dieron muchas recomendaciones, era necesario que conociera los pormenores de su nueva experiencia y que sobre todo protegiera su existencia para no afectarse ni contaminarse de ideas, pensamientos y sentimientos de lo que presenciaría.
Por ninguna razón debía disentir de la esencia de su ser, no sería visto por ningún humano, más estaría bajo la supervisión de los instructores del universo.
Los ángeles son seres diáfanos, imperceptibles a la vista de los humanos, no pueden experimentar emociones físicas, no las entienden y aunque tienen la forma de niños bellamente diseñados en sus rasgos, no conocen las conductas de ésos, ni tienen las debilidades de los mismos.
No tienen conducta propia, actúan de acuerdo a las órdenes que reciben, en cambio tienen el poder de asimilar la energía de su entorno y pueden viajar a su libre elección, sus opositores, que eran ángeles y se convirtieron en demonios.
Siempre están prestos a evitar que logren su cometido y en algunos casos los reclutan en organizaciones destinadas a causar el mal, por tal razón sus instructores deben prevenirlos de los peligros a que están expuestos fuera de su fortaleza, ya que quedan susceptibles a no regresar jamás.
–¡Vas a viajar al planeta tierra!, -comenzó la instrucción.
Fuiste elegido entre otros, para salir de la fortaleza y presenciar los problemas que aquejan a los niños que viven allá, serás un espectador únicamente, no participarás de ninguna contienda y te mantendrás al margen de los hechos.
Así como recabarás información suficiente para conocer las causan que están provocando la discordia entre hermanos, si regresas ileso, tendrás la oportunidad de expresar propuestas que ayuden aminorar el problema y tal vez puedas participar en la aplicación de las soluciones.
¡Por ningún motivo deben detectar tu presencia!,
El éxito del proyecto será si te apegas a los lineamientos y no te contaminas de ideas diferentes a las convenidas. Tu trabajo parece sencillo, porque no conoces los peligros a que te expones, pero te haré mención de ellos para que estés alerta en cualquier caso.
1.-Al salir de la fortaleza tendrás en tu poder tu libertad completa.
2.-Tus poderes para aprovechar la energía se duplicarán, así que viajaras por tu propio comando.
3.-Llegarás a la tierra invisible, pero puedes hacerte visible en cualquier momento.
4.-Presenciarás los siete pecados capitales de la humanidad.
5.-Aunque no tienes desarrollados tus sentidos como los humanos, podrás ver parte de sus conductas, por las que se dejan fluir sus sentimientos.
6.-Permanecerás el tiempo que necesites, tu regreso será cuando nos indiques que ya has cumplido tu primer reto.
7.-Del resultado de tu tarea dependerá que tengas futuras asignaciones.
8.-Estarás en constante vigilancia, cualquier duda se puede atender hasta tu regreso, mientras tanto quedarás sin comunicación con cualquiera de aquí.
9.-Si no te apegas a las normas perderás tus privilegios.
Por el momento con esta información es suficiente, lo que viene tendrás que aprenderlo poco a poco, con base a lo que vayas presenciando.
-¿Tienes alguna duda?
-¡Nnnno!, creo que nooo! por el momento estoy muy contento por el honor que se me ha confiado y tengan por seguro que cumpliré al pie de la letra, ¡no tendrán queja alguna de mi conducta, regresaré con bien!
-Entonces, ¡prepara tu coraza para el viaje! -fue la orden recibida Angy se puso de pie en cuanto salió su instructor y frotando su cuerpecito empezó a formar una burbuja alrededor de él, como si fuera una telaraña de seda, una vez dispuesto avanzó suspendido en el espacio.
Hizo unas cuantas pruebas para reconocer sus poderes y hacer uso de ellos en los momentos oportunos, estaba tan sumergido en sus indicaciones, que no se percató que todos sus compañeros se preparaban para despedirlo, sabían muy bien que podía ser la última vez que él permaneciera ahí, en el que fuera su hogar desde siempre.
Angy repasaba y repasaba sus instrucciones, no debía olvidar ninguna indicación, era muy cauteloso y dedicado para cumplir correctamente sus órdenes, por eso tenía ciertos privilegios y lo querían muchos ángeles.
Se dirigió al área de pruebas, un conjunto incontable de ellos practicaba sus poderes, todos tenían un objetivo por cumplir, así que nadie se distraía en otra cosa, permaneció un buen tiempo ahí, descubriendo sus nuevas dotes, cuando se sintió listo se fue a la salida, en fila iban delante y detrás de él todos los que tenían un proyecto y ya estaban listos.
Cual si fuera un parque de diversiones, todos los ángeles jugueteaban en ese magno paraíso, sólo los adiestrados para un propósito especial, eran los que cruzaban dicho jardín, con su característica mirada tierna, con su rostro seguro que inspira confianza.
Todos abrían camino a su paso, a la vez que entonaban una canción que no tiene letra, tan sólo es el murmullo de sus dulces voces que emitían sonidos melodiosos, en muestra de despedida y deseos de buena fortuna.