Hace un mes aproximadamente celebramos el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Un día dedicado a fomentar el interés de niñas y adolescentes en el estudio de las disciplinas científicas como medicina, farmacia, química, matemáticas, física… Y, sobre todo, para reconocer el importante papel que mujeres como Marie Curie y Diana Trujillo o niñas como Gitanjali Rao han tenido para la ciencia, como nos contaron nuestros amigos de Ocio Express. Lamentablemente, tan solo un 25% de las mujeres y las niñas sienten esa inclinación hacia la ciencia, tal y como demuestran Elsa Susana Guevara y María Guadalupe Flores Cruz en este artículo.

Fuente: C2 - Ciencia y Cultura
La educación científica de las niñas y adolescentes es una imperiosa necesidad social y económica en la mayor parte de los países hispanohablantes, especialmente cuando consideramos la escasa presencia de las mujeres en posiciones de importancia en el ámbito científico, como señalan Catalina Céspedes y Claudia Robles en un informe preparado en 2016 para Naciones Unidas, CEPAL y UNICEF. Por esta razón, instituciones como la UNESCO señaló en 2014 “la necesidad de crear medidas que atiendan la desigualdad que viven las mujeres en el campo de la ciencia, puesto que incorporar a las niñas y jóvenes al campo científico representa beneficios tanto para el desarrollo de los países como para la ciencia misma”.
Por ello, hoy queremos proponeros varios consejos para fomentar la vocación por la ciencia en las niñas. Una vocación que será esencial para desterrar, de una vez por todas, la discriminación que sufren muchas de estas niñas.
Las niñas poseen cualidades óptimas para cualquier buen científico. Pues, por lo general, suelen ser más observadoras y pacientes que los niños. Es tan sólo necesario motivar su curiosidad por descubrir el mundo que les rodea y su capacidad innata para el aprendizaje empírico. Esto es, debemos ante todo fomentar el deseo de aprender y de experimentar en las niñas para que, por medio de los experimentos y las observaciones que hagan de ellos, puedan involucrarse en el “método científico”. Un método que, en cuanto a empírico y sistemático, va muy acorde a la personalidad de las niñas.
Dicho esto, parece claro que no podremos involucrar a las niñas en la ciencia mientras persistan esas condiciones de discriminación. Lo primero de todo debemos resolver el rechazo que la sociedad impone a niñas y mujeres en este campo con acciones como la del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Podemos también romper los estereotipos tanto en casa como en el colegio, invitando a nuestras hijas a descubrir la ciencia y la tecnología por medio de juegos en las que, con experimentos sencillos, vayan conociendo cada vez más del mundo que les rodea.
Otra estrategia de gran utilidad a la hora de fomentar la vocación científica en las niñas es la de hablar con ellas de las científicas más importantes para que vean que el hecho de ser mujer no esta necesariamente reñido con tener una carrera de éxito en la ciencia. Y… ¿por qué no? ¡Habladlas sobre Gitanjali Rao! Una niña que, como ellas, ha sentido ese gusanillo de la curiosidad y se ha atrevido a desafiar al mundo, con importantes descubrimientos a pesar de tener tan sólo 15 años.
Por último, debemos hacerles entrever el importante papel que la ciencia y la tecnología juegan en el día a día. Por ejemplo… ¿sabías que una visita al supermercado es una oportunidad inigualable para descubrir la ciencia? Medidas, pesos, sumas, restas, porcentajes, descuentos… mientras hacemos la compra podemos inculcar a nuestras niñas una noción básica: ¡La ciencia es vida, y la vida es ciencia!