El concierto de Año Nuevo, celebrado el 1 de enero es, sin duda alguna, una de las tradiciones más arraigadas de las fiestas navideñas en Europa, y cada vez cobra más fuerza en Latinoamérica. En este sentido, filarmónicas alrededor del mundo se reúnen el primero de año para recibir el año nuevo con música clásica. De entre ellos, el concierto de la Orquesta Filarmónica de Viena, celebrado en la Sala Dorada del Musikverein de Viena es el más famoso, una de las salas con mejor acústica del mundo. Se retransmite a través de la cadena austriaca de televisión (ORF2 y Ö1) a más de 90 países.

El concierto, que este año cumple 81 años, se celebró por primera vez el 1 de enero de 1939 y, desde el 1 de enero de 1941 recibió el titulo definitivo de “Neujahrskonzert” (Concierto de Año Nuevo). Si bien originalmente las piezas tocadas eran exclusivamente de la familia Strauss cada vez se incorporan más obras de artistas contemporáneos. En este sentido, en 1962 sonó por primera vez una obra Joseph Lanner, el primer compositor ajeno a la familia Strauss. Otros grandes músicos como Mozart, Wagner o Verdi no llegaron hasta mucho más tarde.
Desde que en 1987 Herbert von Karajan dirigiese el concierto, distintos directores han ocupado la batuta en uno de los principales conciertos del mundo. Así, ha sido posible disfrutar de la presencia de directores sorprendentes como el argentino Daniel Barenboim en 2014, el italiano Claudio Abbado en 1991, el venezolano Gustavo Dudamel en 2017 y el italiano Riccardo Muti que, además de haber dirigido los conciertos de 1993, 1997, 2000, 2004 y 2018, dirigirá el concierto de este año.

Dos piezas clave destacan especialmente en el programa año tras año desde que en 1958 las instaurase Willi Boskovsky: el Danubio azul de Johann Strauss hijo y la Marcha Radetzky, op. 228, de Johann Strauss padre. En esta última, el director de la orquesta se vuelve al publico y le invita a participar por medio de los aplausos, acompañando a la orquesta.
Este año, debido a las restricciones de la pandemia, el concierto se celebrará a puerta cerrada, sin público. Por primera vez en 15 años no podremos disfrutar de las palmadas del público al son de la marcha Radetzky. En el programa del concierto nos esperarán, junto a los sempiternos Johann Strauss hijo, Joseph Strauss y Johann Strauss padre, las mejores obras de Franz von Suppè, Carl Zeller, Carl Millöcker y Karl Komzák.