Los aceites esenciales siempre han estado a nuestro lado
Hoy queremos abrirte los ojos a los increíbles beneficios de esa otra medicina que, a través de remedios naturales como los aceites esenciales, puede traer para tu salud. Desprestigiada durante mucho tiempo en el mundo occidental por considerarla ineficaz o “anticuada”, cada vez más personas se apuntan a buscar en estos aceites esenciales la solución a ese problema de salud que las acecha. A fin de cuentas, como afirmó el periodista Tiziano Terzani, “Donde la medicina occidental ha fallado estrepitosamente en ofrecerme una solución, la naturaleza me ha ofrecido miles de soluciones cuando le he dado la oportunidad de hacerlo”. Y es que los aceites esenciales nos ofrecen el remedio a tantos y tantos problemas de salud si nos atrevemos a adentrarnos en su mundo.
Gotas que valen su peso en oro
Estos aceites esenciales han estado con nosotros casi desde el inicio de la humanidad, y egipcios, chinos, griegos, romanos o persas los usaron durante siglos para tratar casi cualquier problema de salud, confiando plenamente en el poder de la aromaterapia y las plantas medicinales. Y es que los grandes sabios de la antigüedad se dieron a la tarea de buscar soluciones a los problemas de salud en la naturaleza, encontrando múltiples beneficios en el uso de todo un conjunto de plantas y preparados de plantas. Así, ya los egipcios y los chinos conocían, en el tercer milenio antes de Cristo, las propiedades cicatrizantes y curativas de una gran variedad de las plantas que usaban no solo con fines medicinales sino también cosméticos y religiosos.
Pero el gran descubrimiento vino cuando se dieron cuenta de que el aceite contenido en estas plantas presentaba unos poderes curativos muy superiores a los ya encontrados en la planta. ¿Te imaginas la cara de sorpresa que puso la primera persona cuando se dio cuenta de que lo más valioso de la planta no era la planta sino algo que, durante mucho tiempo, habían estado desechando?
En la preparación de las plantas debían muchas veces calentarlas, para lo que usaban ollas de arcilla tapadas con lino. El vapor que se filtraba a través de ese lino, impregnándolo, acabaría siendo el líquido más preciado de la historia de la humanidad, al convertirse en la más potente medicina conocida hasta el momento. Los aceites esenciales eran tan “milagrosos” que Hipócrates, padre de la medicina, estaba convencido de que darse un masaje con aceites esenciales o bañarse en un agua a la que hubiese añadido unas pocas gotas era suficiente para garantizarle longevidad a la persona que lo hacía. Y así, recetaba aceites esenciales a casi todos sus pacientes, profundizando en los beneficios que cada uno de ellos tenía para la salud.
Ya en el siglo XX, los médicos “modernos” redescubrieron los beneficios de los aceites esenciales. Así, por ejemplo, el médico Jean Valnet demostró el poder curativo de los aceites para el alivio de las quemaduras y heridas de los soldados de la Segunda Guerra Mundial, con el beneficio añadido de que los aceites esenciales no sólo les curaban las heridas, sino que además les aliviaba también el daño psíquico, contribuyendo a relajarles y facilitando el tratamiento.
Llegados a este punto te preguntarás qué debes tener en cuenta a la hora de elegir el aceite esencial. Como ya descubrió el persa Avicena en el siglo XI, lo más importante de todo es elegir un aceite esencial de alta pureza, ya que de ello dependerá enormemente su eficacia. Por eso te recomiendo que visites la página de Aceites Esenciales Tampico donde encontrarás aceites esenciales con un elevadísimo grado de pureza para que puedas obtener el máximo beneficio para tu salud.
