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El Rapto en el Serrallo de Mozart. Parte 2. Un vistazo a las 3 arias de Konstanze.

Por: Johana Trujillo Gómez.

Es imposible expresar una emoción, una idea, un sentir profundo del alma del compositor a través de signos escritos en un pentagrama; lo escrito es algo muerto y sin vida; detrás de esos signos, nuestro sentido artístico, debe encontrar la idea y emotividad del compositor para darle vida a lo escrito

Mozart nos muestra las diversas facetas del turco en el imaginario popular austriaco, por un lado está el estereotipo del hombre tosco y agresivo con Osmin, el guardián forzudo y brutal, visceralmente inclinado a practicar una violencia punitiva sin límites y otra en Selim Pachá, un turco poderoso y pero reflexivo, dispuesto a asumir sin reservas los valores humanitarios que le ofrecen sus huéspedes europeos.

El papel de Konstanze es el de una Joven dama española enamorada de Belmonte. Es una soprano ligera de coloratura, un papel vocal eminentísimo técnicamente pero que debe «darse» desde una concepción lírica inteligente. Va desde el Si 2 hasta el Re 5 .

Konstanze puede parecer un personaje débil, la pobre chica raptada, pero si escuchamos la música que Mozart le asigna y la analizamos como mujer, resulta ser alguien más fuerte que el mismo Belmonte y Mozart la escribió de esa manera. Ella se encuentra en un lugar extraño, ha sido raptada por una persona que se la ha llevado de sus raíces, su familia, su amor y aunque se supone que debería odiar al Sultán, extrañamente siente un cierto atractivo por él y él por su parte decide respetarla y no la toca porque está enamorado de ella por su dignidad.

A través de las tres arias de Konstanze, podemos entender su pensamiento y sus reacciones en su relación con Selim .

En «Martern aller Arten», vemos su respuesta a las amenazas de muerte del Sultán.

PUEDE QUE ME AGUARDEN toda clase de martirios, pero desprecio el dolor y el sufrimiento. Nada me moverá. Lo único que me haría temblar llegaría a ser infiel. ¡Ten piedad y perdóname! ¡La bendición del cielo será tu premio! Estás encerrado en ti mismo. De buena gana, elijo gustosa todo dolor y sinsabor. Ordena ahora lo que quieras; manda. ¡Grita, enfurécete, indígnate! Al final, me liberará la muerte

El aria es difícil no sólo por la resolución de agilidades sino por los problemas que plantea en los extremos de la tesitura.

Aquí su carácter es enérgico pero sin llegar a ser hostil, la razón de este carácter es debido a la exigencia técnica del aria, es complicada a la medida que interpretar el personaje no puede ser un problema para deshacerse de todo tipo de tensiones para cantar.

Los cambios de tiempo muestran una mujer con dos formas de persuadir, la primera firme y fuerte “toda clase de martirios, pero desprecio el dolor y el sufrimiento, nada me moverá”, que es como empieza el aria y la otra delicada y completamente espontanea “ten piedad y perdóname, la bendición será tu premio”

Para finalmente terminar decidida a atravesar cualquier dolor a la cual sea sometida sin que por ello sea persuadida de cambiar sus sentimientos por Belmonte y guardar sus intenciones de fidelidad, al final su frase es contundente “!grita, enfurécete, indígnate¡ al final, me librara la muerte”. Todo el texto está en función de la música, casi que ella misma lo dice todo.

El aria «Ach, ich liebte», se puede plantear como la irrupción de lo desconocido, de un elemento que la desestabiliza de una situación hasta entonces tranquila y familiar (el amor que siente por Belmonte) y la sumisión y resignación de Konstanze frente a su situación.

ERA AMADA, era tan feliz… No conocía lo doloroso del amor. Juré fidelidad a mi amado y con ello le di todo mi corazón. ¡Pronto se desvaneció mi felicidad! La separación fue mi destino terrible. Y ahora, mis ojos nadan en llanto y el dolor remueve mis entrañas. Eres tan bueno, tan generoso. Te serviré fielmente, seré tu esclava, Sólo te pido que no desees mi corazón pues… ya no me pertenece.

En esta su primera aparición, muestra la personalidad de Konstanza, y su gran amor por Belmonte, está adaptándose a su nueva situación, para este entonces ya el sultán empieza a enamorarse de ella y es evidente, pero su corazón ya tiene dueño “solo te pido que no desees mi corazón pues…ya no me pertenece”, el aria es una demostración de virtuosismo, con pasajes que se mueven repetidamente sobre el registro sobreagudo a manera de destello de dolor y de la inmensa emocionalidad que se mueve a lo largo del aria “y el dolor remueve mis entrañas”.

«Traurigkeit», por su parte en principio y a simple vista habla del dolor de la separación de su amado, pero Mozart va más allá y muestra la angustia que le genera la confusión sentimental.

LA TRISTEZA es mi destino ahora que te he perdido. Como la rosa, devorada por parásitos, o como la hierba bajo la escarcha, fluye mi triste vida hacia su fin. Ni siquiera al aire me atrevo a confiar el amargo dolor de mi alma, y así el aire, que se niega a llevárselas, vuelve a llenar con mis quejas mi pobre corazón afligido.

Vemos entonces una mujer resignada, embargada por la aflicción, ella ha guardado su amor y siempre ha estado fiel a pesar de las intenciones y halagos de Selim pero su fidelidad ha sido puesta en tela de juicio, es más como una forma de decepción.

De las tres arias esta es la más equilibrada, muestra una Konstance sumergida en un solo carácter, es un aria que no hace el despliegue virtuoso en comparación a las otras dos arias, recursos como los silencios para cortar palabras como en “wieder in mein armes Herz” mi pobre corazón afligido, le da un carácter más agonizante, ella se queda sin aliento para hablar.

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