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Juegos de mesa para regalarse en Navidad: Petris

De las generaciones de la segunda mitad del siglo pasado... ¿Quién no recuerda las tardes de juegos con los vecinos? Terminando las tareas de la escuela se empezaba a reunir la “palomilla” de la colonia o en las reuniones familiares, para jugar al “Amo ato”, “Bote”, “Avión”, o juegos más varoniles, como “Carreterita”, “Burro castigado”, “Rayuela”... Tantos juegos aprendidos por herencia familiar, o juegos en los que ya se tenía que hacer una inversión, como las canicas, el yoyo o el balero y el trompo. Además, eran juegos de época. Nadie sabía cómo ni de dónde, pero de repente después de jugar una temporada determinado juego, surgía otro que se mantenía por un tiempo finito que era relevado por otro y así sucesivamente. ¿Quién imponía los calendarios? Estas reuniones de amigos de la infancia eran la oportunidad para desarrollar la imaginación, en la que una vara de cualquier árbol pudiera ser una espada, un rifle o una varita mágica.


Todos estos juegos eran siempre interrumpidos por alguien que sacaba un balón y se organizaban inmediatamente los partidos y hasta con retadora o incluso torneos pequeños, nuestros “mundialitos”. Aquí, la imaginación era invadida por los sueños que hacían que los héroes de esos partidos fueran inspirados por los ídolos de ese momento: Pelé, Pushkas, Garrincha, Jair, Maradona, Chava Reyes, Zague, Borja, y muchos más. Todos estos sueños eran coartados por el grito de la mamá de cada uno de los participantes en estos torneos. Para las niñas, el proceso era más estable, porque muchas de ellas tenían serias dificultades para salir de casa y se concretaban a disfrutar de juegos en la casa propia o de la vecina, con muñecas y trastecitos de cocina o simplemente para “paliquear”.

Con el surgimiento de los juegos electrónicos y videojuegos y la creciente inseguridad en muchas de nuestras calles, las costumbres cambiaron radicalmente. Si a esto le agregamos el confinamiento al que se nos ha sometido por el tema de la pandemia, la socialización de la familia en general se ha sometido a la convivencia familiar en casa, con consecuencias aún no dimensionadas.


Pero no todo el horizonte es negativo. La creatividad del ser humano sigue manifestándose y ahora surgen nuevos elementos de convivencia familiar, rescatando juegos de mesa ya viejos, o bien nuevos e interesantes y atractivos juegos de mesa. Solo por poner un ejemplo, ¿usted ya conoce el juego de mesa Petris? Esta es una excelente oportunidad para jugar en casa y sin duda, una excelente alternativa para los regalos de esta Navidad.

Petris ofrece un tema de actualidad, ambientado a esta época y muy formativo. Le ilustramos en qué consiste este juego donde las bacterias están... ¡fuera de control! En Petris, cada jugador encarna un científico que deberá controlar la propagación de bacterias bajo su supervisión. Estas bacterias siempre están buscando cómo alimentarse en los discos de Petris que vienen incluidos, pero ¡cuidado! Las bacterias que estén solas en un disco Petri comerán mucho y se reproducirán, lo que hará más difícil su control.


Pase horas de intenso, constructivo y divertido entretenimiento en familia. Sin duda alguna, Petris es una muy buena alternativa para regalar.

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