Esto lo llamaría como la crónica de una traición anunciada. Los antecedentes del actual presidente de México, me hacen sentir como real esta aseveración y pondré algunos comentarios que la sustentan.
¿Qué se puede esperar de un ser humano que en su adolescencia mató a su hermano y años más tarde, en un arranque de coraje en un partido de beisbol, le da un pelotazo por la espalda a uno de los jugadores del equipo contrario, lo que a la postre le provocó su muerte?
¿Qué se puede esperar de joven que le tomó 14 años concluir una carrera profesional que le debió significar máximo 5 años y que lo hizo con un mediocre promedio?

¿Qué se puede esperar de un tipo que bloquea pozos petroleros en su natal Tabasco como el mejor argumento para obtener un saldo positivo en sus “negociaciones”?
¿Qué se puede esperar de un tipo que bloquea una de las avenidas más importantes de la ciudad de México, causando pérdidas millonarias a comerciantes formales establecidos en esa avenida, así como pérdida de empleo a cientos de trabajadores, sobre todo de restaurantes y hoteles?
¿Qué se puede esperar de un gobierno que nombra como Director de la empresa más importante de México a un Ingeniero Agrónomo?
¿Qué se puede esperar de un gobierno cuya secretaría de economía es encabezada por una Licenciada en Lengua Inglesa?

¿Qué se puede esperar de un gobierno que funda su política en la discordia entre los gobernados? Planteando como única opción su propia verdad y según sus propias palabras, o se está con su propuesta de transformación o se está en contra de su transformación.
¿Qué se puede esperar de un gobierno que fundamente sus logros en cifras maquilladas o absolutamente mentirosas y cuyo repetitivo argumento es “yo tengo otras cifras… cuando las cifras exhibidas provienen de instancias oficiales de su propia administración?

Con estos antecedentes, cualquiera pudiera pensar que un ser humano con estas características debería estar bloqueado para ejercer la más mínima responsabilidad y mucho menos tener en sus manos la representación de un país. Lamentablemente, ante la “democracia” poco se puede hacer. Así, la única alternativa viable que detenga la caída libre de México y que no pierda como país su viabilidad, es la suspensión del mandato, que por primera vez en la historia, se podrá ejercer el próximo mes de marzo. El quitar a este presidente de su puesto es un rayo de esperanza para recuperar la confianza en México y en los mexicanos. Esta acción detendría la masacre que este presidente está haciendo con México y sin duda tres años de mandato confirman su carácter traidor.