En los últimos días distintos países como España, Italia, los Países Bajos, Francia o Alemania han paralizado la distribución de vacunas de AstraZeneca contra el COVID. La razón para dicha paralización es la aparición de secuelas y reacciones adversas graves como la trombosis en personas vacunadas. En este sentido, y en tanto la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) no corrobore si los casos de trombosis acaecidos son o no debidos a la vacuna, los gobiernos de los distintos países han optado por la cautela, interrumpiendo la vacunación con vacunas de AstraZeneca durante al menos 15 días para salvaguardar a la población a menos que antes de dicha fecha se descarte la relación de la vacuna como causa de la trombosis observada.

El principal problema asociado a esta paralización es que, al interrumpir la distribución de AstraZeneca ha sido necesario frenar el ritmo de vacunación en los distintos países, pues son varias las dosis “perdidas” que no se podrán administrar. En este sentido, en casi todos los países han pausado la vacunación de docentes, grupo que estaba actualmente siendo vacunado, debido a la escasez de vacunas al no poder aplicar la de AstraZeneca y no tener suficientes vacunas de Moderna o Pfizer con las que contrarrestarla. Una ralentización que, en el caso de Italia, hará imposible que se alcance el objetivo de comenzar con la vacunación masiva de la población en general a finales de este mes o comienzos de abril como estaba inicialmente previsto.
Otro hecho preocupante es que la aparición de varios casos de trombosis en personas que habían sido previamente vacunadas es que refuerzan las dudas de una población que, alarmada, no sabe si vacunarse o no. Debemos notar, no obstante, que aun cuando se confirmase que la causa de la trombosis fuese un efecto secundario de la vacuna de AstraZeneca, su incidencia o factor de riesgo es muy bajo considerando que ya son varios millones de personas las que han recibido dicha vacuna y no han presentado efectos adversos notables.
Así, los epidemiólogos continúan animando a la población a vacunarse asegurando que las vacunas son, por lo general, seguras y que si bien ningún medicamento esté exento de efectos secundarios lo más importante es conocer su existencia para poder tomar las medidas oportunas con aquellas personas que llegasen a sufrirlos.
¿Qué opinas al respecto? ¿Te vacunarías si llegasen a confirmar que existe un riesgo, aun prácticamente nulo, de sufrir una trombosis si recibes la vacuna de AstraZeneca? ¡Déjanoslo en los comentarios!