Aún continúan los rescates de víctimas entre los escombros en Turquía y Siria tras los últimos terremotos mortales que azotaron los países después de los terremotos del pasado 6 de febrero que mataron a más de 50 mil personas y dejaron decenas de miles más sin hogar, además de miles de edificios derruidos por completo.
Los nuevos terremotos, de 6.4 y 5.8 de magnitud, golpearon especialmente la zona sureste de Turquía, muy cerca de la frontera siria y de la zona devastada por los terremotos del pasado 6 de febrero.

Los informes de ciudades como Antakya describen, una vez más, el miedo y pánico en las calles mientras las ambulancias y los equipos de rescate intentan llegar a las zonas más afectadas. Al igual que ya ocurriera el pasado 6 de febrero, no fueron pocos los edificios cuyas paredes se derrumbaron o que resultaron gravemente dañados, lo que ha llevado a un residente local, Muna Al Omar, a declarar ante la agencia Reuters: "Pensé que la tierra se iba a partir bajo mis pies", dijo llorando mientras sostenía a su hijo de 7 años. "¿Va a haber otra réplica?", preguntó. Muna al Omar, en el momento de los terremotos, estaba en una tienda de campaña en un parque en el centro de Antakya.
Por otro lado, Ali Mazlum dijo que estaba buscando los cuerpos de familiares del terremoto anterior cuando ocurrió el último. "No sabes qué hacer. Nos agarramos y justo frente a nosotros empezaron a caer las paredes. Parecía que la tierra se abría para tragarnos", dijo.
En Siria, se informó que unas 470 personas heridas visitaron hospitales después de los terremotos del lunes, que también se sintieron en Egipto y Líbano.