La tensión es más que habitual cuando hablamos de un conflicto armado, pero el tipo de guerra en el que se ha convertido el conflicto ucraniano lo convierte en el ejemplo perfecto de una guerra proxy, en la que al menos una de las partes sigue sin hacerse presente de lleno en el campo de batalla. A pesar de ello, la participación de la OTAN con apoyo logístico y de inteligencia militar son más que evidentes si consideramos todo lo que han aportado en lo que va hasta ahora en la llamada “Operación militar especial de Rusia en Ucrania”. De esta manera, la tensión internacional aumenta con hechos que se manifiestan a lo largo de esta semana.
El primero se ha dado este martes cuando un caza SU-27 de la Fuerza Aérea rusa impactó contra un dron de Estados Unidos sobre aguas internacionales en el mar Negro. Las Fuerzas Armadas norteamericanas han denunciado esta maniobra por parte de dos aviones rusos como "poco segura y profesional". Además, EEUU descartó a través del general Pat Ryder que se tratara de un accidente, quien expresó: "Creo que los hechos hablan por sí solos".
El mando de las fuerzas estadounidenses en Europa confirmó en un comunicado este incidente, ocurrido a primera hora de la mañana. De acuerdo con dicha descripción, uno de los cazas rusos golpeó una de las hélices del dron y obligó a los oficiales de Washington a derribarlo en el mar, dado que no podía seguir con sus ejercicios.

Después de este incidente, cazas británicos y alemanes interceptaron de manera conjunta un avión ruso cerca del espacio aéreo de Estonia, en una operación coordinada por la OTAN en un incidente conocido.
Por otra parte, el grupo de mercenarios ruso Wagner tomaba finalmente en esta semana la pequeña localidad de Zaliznianske, al norte de Bajmut, estrechando más el cerco en torno a ese bastión ucraniano en el Donbás.
Han ocurrido asímismo cambios en el ejecutivo ucraniano donde el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, destituyó a los gobernadores de las regiones de Lugansk (este), Khmelnytskyi (centro) y Odesa (sur), según los correspondientes decretos publicados en la página web de la presidencia ucraniana. Los tres gobernadores habían solicitado ser relevados de sus puestos, una medida que ya fue aprobada ayer por el consejo de ministros, según informó la agencia Ukrinform.
Estos hechos suceden después de que Volodímir Zelenski afirmara este lunes en su discurso televisado diario que la situación es “muy dura y muy dolorosa” en los frentes al este de Ucrania. “Bielogorivka y Marianka, Avdiyivka y Bajmut, Vugledar y Kamianka, son todos los lugares donde se está decidiendo nuestro futuro, donde se está luchando por el futuro de los ucranianos”. En concreto, la situación en la ciudad sitiada de Bajmut, en el este de Ucrania, sigue siendo “complicada”, pero las tropas de Kiev están repeliendo “todos los ataques rusos”, según afirmó el coronel general de las fuerzas terrestres, Oleksandr Sirskyi.
La anterior realidad contrasta con los acuerdos comerciales que permiten la exportación agrícola de la zona en conflicto. En este sentido, el gobierno ruso ha admitido que no se opone a una extensión de los pactos entre Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU para permitir la exporación de cereales ucranianos a través de los puertos del Mar Negro siempre y cuando esta nueva prórroga sea por 60 días en lugar de por 120 días. Dicha aprobación tuvo lugar a tan solo cinco días de que caducase la renovación de dicho acuerdo. Si bien el ministro ucraniano de Infraestructuras, Oleksander Kubrakov, ha afirmado este lunes que la propuesta contradice lo firmado el pasado mes de julio, el gobierno ucraniano no ha rechazado formalmente la oferta. Mientras tanto, el presidente chino, Xi Jinping, tiene previsto viajar a Moscú la próxima semana para reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, según fuentes cercanas a Pekín citadas por la agencia Reuters. Xi prevé hablar también con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, según ha adelantado el diario The Wall Street Journal.