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Unión Europea rechazó la instalación de arsenal nuclear

La unión europea rechaza la instalación de baterías de misiles nucleares en Bielorrusia. Mientras la bandera de la victoria parece que no va ondear nunca en Bajmut ni para Rusia ni para Ucrania, se siguen contando las bajas estimadas entre 600 y 700 hombres por día entre los dos bandos. Bajmut ha perdido su importancia estratégica y el costo en vidas y recursos logísticos de esta batalla, que retrata de una fiel manera la ilógica tesis de esta guerra, es ya irrecuperable para las dos partes en conflicto. Bajmut es una ciudad destruida por completo gracias al fuego de la artillería y combates urbanos y es ahora una batalla que representará para el ganador un trofeo moral. Los analistas concluyen que, pese a la resistencia de las fuerzas ucranianas, es probable que sea Rusia quien se lleve este trofeo moral.


Por otro lado, el domingo pasado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió que la UE estaba “preparada” para adoptar nuevas sanciones contra Bielorrusia si permite el despliegue en su territorio de armamento nuclear ruso. “La acogida por parte de Bielorrusia de armas nucleares rusas implicaría una escalada irresponsable y una amenaza para la seguridad europea. Bielorrusia aún puede detenerla, es su decisión. La UE está preparada para responder con más sanciones”, dijo Borrell en Twitter. Ante estas declaraciones, Putin anunció que tenía previsto desplegar armamento nuclear táctico en Bielorrusia, principal aliado de Moscú en Europa y país fronterizo con Ucrania, Polonia y Lituania, porque se trataba de un movimiento similar al de Estados Unidos, que almacena armas nucleares en sus bases ubicadas en Bélgica, Alemania, Italia, Holanda y Turquía.



Haciendo eco de lo dicho por Josep Borrell, el gobierno ucraniano declaró que “Ucrania espera de parte del Reino Unido, China, Estados Unidos y Francia acciones efectivas para contrarrestar el chantaje nuclear del Kremlin”, que es el quinto miembro permanente del Consejo de Seguridad, indicó la cancillería ucraniana en un comunicado. “Pedimos que a ese fin se convoque de inmediato una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU”, añadió el ministerio. De esta manera, la amenaza nuclear parece ser el siguiente movimiento en el tablero en este conflicto que, a más de un año de su formalización pese a ser evidente desde el 2014, ha evolucionado así:


El 21 de febrero de 2022, el presidente Putin anunció que Rusia reconocía la independencia de dos regiones separatistas: las auto proclamadas República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk. Fue una medida condenada por Ucrania, la OTAN y los países occidentales, pero que posteriormente permitió a Putin movilizar tropas hacia esos territorios.


El 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, comunicó en un discurso televisado que había ordenado una "operación militar especial" en la región ucraniana del Donbás, al mismo tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le pedía que se detuviera y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reaccionó poniendo en alerta roja al ejército.


Doce meses después de la invasión, Rusia no posee ni de lejos tanto territorio como en las primeras fases de la guerra, cuando sus fuerzas avanzaron hacia Kyiv, pero sigue ocupando importantes zonas en el este y el sur. Tras fracasar en su ofensiva contra la capital ucraniana, las fuerzas rusas centraron su atención en tratar de unir los territorios que tenían controlados en el este, alrededor de Lugansk y Donetsk, con las zonas cercanas a Crimea en el sur. Lo consiguieron en el mes de mayo, cuando Ucrania evacuó a las tropas que le quedaban de la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariupol. Esto brindó a Rusia un puente terrestre clave que conecta las zonas que controlaba en el sur y el este, así como el control de la costa sureste de Ucrania y el mar de Azov.


Luego de un contraataque que comenzó en septiembre del 2022, las fuerzas ucranianas retomaron gran parte del noreste de la región de Járkov, y más tarde reconquistaron la ciudad de Lyman y otras zonas de las provincias de Donetsk y Luhansk. En noviembre, el avance de Kyiv en el sur obligó a las tropas rusas a retirarse de la ciudad de Jersón a la orilla oriental del río Dniéper. Rusia ha respondido lanzando oleadas de ataques con misiles de crucero y aviones no tripulados contra ciudades y centrales eléctricas ucranianas en respuesta al ataque de las fuerzas ucranianas en octubre contra un puente clave que une Crimea con Rusia.


La guerra ha causado miles de muertos. Hasta el 13 de febrero de 2023, se habían registrado 7.199 muertes de civiles en Ucrania y 11.756 heridos, según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sin embargo, se cree que "las cifras reales son considerablemente más altas, ya que la recepción de datos es inexacta”. Este es el saldo hasta ahora en vidas humanas sin contar el millonario costo en armas y logística del enfrentamiento sin que parezca que exista un asomo de un acuerdo de paz a la vista.

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